¿ Cuánto necesitamos para vivir y cuánto usamos?
nuestra huella en el planeta; Anualmente generamos cientos de miles de toneladas de basura, utilizamos autos contaminantes del aire, productos de origen vegetal, animal, mineral, maderable y no maderable, los cuales antes de llegar a nuestras manos, pasan por un proceso de industrialización y transformación, lo que produce un gran impacto en el planeta.
Tipos de huella que se ha dejado en el planeta
La huella del ser humano se puede ver por todas partes: en el suelo, en el mar y en la atmósfera. Tiene tal magnitud que se ha planteado la existencia de una nueva época geológica marcada por nuestro impacto: el Antropoceno, con el acercamiento Wackernagel, conocido como la Huella Ecológica Compuesta, seis principales tipos de tierra de espacio productivo son usados: tierra de energía fósil, tierra arable, pastura, forestal, tierra construible y espacio de mar. El acercamiento Compuesto considera la demanda humana sobre cada uno de esos tipos de tierra, para una población dada, donde quiera que esta tierra pueda estar, queda claro que nuestro impacto es mucho más amplio y notorio, puesto que afecta a todo el planeta, y que ha sido principalmente malo. Un impacto que ha llegado hasta el punto de no solo dejar algunos restos de nuestra existencia (igual como encontramos fósiles de los dinosaurios) sino de plantear la posibilidad de marcar una nueva época geológica, pero ser ingenieros de ecosistemas y ser conscientes de nuestro impacto también implica un rayo de esperanza: podemos modificar el entorno para bien, aún estamos a tiempo de revertir nuestra huella, al menos hasta cierto punto, Podemos evitar generar más residuos, contaminar más ecosistemas y destruir más hábitats.
¿Qué es la huella ecológica?
La Huella Ecológica mide la cantidad de tierra y agua biológicamente productivas que un individuo, una región, toda la humanidad, o determinada actividad humana requiere para producir los recursos que consume y absorber los desechos que genera, su misión es buscar propender al consumo sostenible de los recursos naturales del país y detener el deterioro del medio ambiente, poniendo límites ecológicos en la toma de decisiones.
En 1995, Mathis Wackernagel y William Rees, de la Universidad de Columbia Británica de Canadá, definieron la huella ecológica como el área de territorio ecológicamente productivo con cultivos, pastos, bosques o ecosistema acuático necesarios para generar los recursos utilizados y consumidos, y así absorber los residuos generados por una población definida, con un nivel de vida específico e independientemente de su ubicación geográfica.
El cálculo de la huella ecológica exige la aplicación de fórmulas matemáticas y se basa en los resultados de cinco categorías de consumo humano: la alimentación, vivienda, transporte, bienes de consumo y servicios, además de las que se comparan con las categorías productivas que son: los cultivos, pastos, bosques, mar y ríos, terrenos construidos y área de absorción de dióxido de carbono, en la actualidad, en casi todas las regiones del planeta existe una sobrecarga o déficit ecológico que es clara señal de la sobreexplotación de los recursos naturales no renovables (combustibles fósiles) y otros ya no renovables, como el agua y suelo, además de la insuficiencia e incapacidad de recuperación, regeneración y preservación de los mismos, tanto a nivel global como regional y local, los expertos han calculado que cada persona excede en un 30% o más la superficie productiva que le corresponde, siendo la media de la huella ecológica mundial de un habitante de 2,20 hab./año.
¿Cuánto estamos consumiendo y cuánto podemos consumir?
Encontrar un camino en el que economizar recursos y vivir dentro de los límites naturales del planeta es “el mayor desafío de nuestro tiempo”, el consumo excesivo tiene ya consecuencias, como inclemencias meteorológicas extremas, hambrunas o la extinción de especies, así como la amenaza de que desaparezcan ecosistemas como arrecifes de coral, selvas tropicales o sistemas fluviales, hoy en día el sistema económico pone al alcance de las personas todo tipo de productos y bienes para el consumo, desde lo más básico, como alimentos o prendas de vestir, hasta lo más extraño, como gorras que pueden sujetar latas de refrescos.
El consumo como concepto no hace referencia a nada malo ni perjudicial. Podemos definirlo como el simple hecho de consumir para satisfacer necesidades o deseos. El problema llega cuando esta actividad se vuelve patológica. Entonces ya no hablamos de ‘consumo’, sino de consumismo lo cual es la tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios. En conclusión el ser humano consume mas de lo que debe.
Biocapacidad
La biocapacidad es la capacidad que tiene un área, como la Tierra, de ser biológicamente productiva. Así como de absorber los deshechos que se producen del consumo de los recursos. Por lo tanto, si una región supera su capacidad biológica, estará sobreexplotando la zona realizando un uso no sostenible.
Esta comparación incluye a todos los países con una población de más de un millón de habitantes de los que dispone de datos completos, muchos países con una biocapacidad elevada no tienen una gran huella nacional. Bolivia, por ejemplo, tiene una huella per cápita de 2,6 hag y una biocapacidad per cápita de 18 hag. Sin embargo, cabe destacar que esta biocapacidad puede estar siendo exportada y utilizada por otros países. Por ejemplo, la Huella Ecológica de un ciudadano de Emiratos Árabes Unidos (EAU) es 8,4 hag, pero dentro del país solo hay 0,6 hag de biocapacidad disponible por persona. Los residentes de EAU dependen por lo tanto de los recursos de otras naciones para satisfacer sus demandas. Puesto que los recursos son cada vez más limitados, la competencia está creciendo; la desigualdad entre las naciones ricas en recursos y las pobres en recursos tendrá probablemente implicaciones geopolíticas.
Países deudores y países con crédito ecológico
La huella ecológica media del mundo es de 333 hgpc y la reserva ecológica es de -0.6 hgpc, en déficit.
Esta tabla está basada en datos antiguas del Global Footprint Network. Los datos más recientes están disponibles en la página web de esta organización.1 Los datos están dados en hectáreas globales per cápita (hgpc).
Indica cuál es la huella ecológica en Ecuador
La Huella Ecológica es una herramienta utilizada para medir la demanda de recursos naturales de la humanidad sobre la capacidad regenerativa de nuestro planeta: Biocapacidad mundial. La demanda humana de Biocapacidad se determina al sumar todas las demandas sobre las superficies productivas del planeta.
La Huella Ecológica del Ecuador muestra una tendencia creciente a través de los años. Es así que, de 2008 a 2009, la población del país se incrementó 1,8%, sin embargo, la Huella Ecológica per cápita aumentó 6,11%, pasando de un consumo de 1,53 hag a 1,62 hag per cápita en tan solo 1 año. Esto indica que el principal factor de variación de este indicador no es el crecimiento demográfico, sino el crecimiento de la demanda de recursos por persona. En 2009, la Huella Ecológica per cápita de un ecuatoriano promedio fue aproxi - madamente 1,6 veces menor que la Huella Ecológica per cápita mundial 1 . En 2008 y 2009, el Ecuador todavía no sobrepasaba la Biocapacidad Mundial. Sin embargo, de mantenerse la tendencia y los patrones de consumo actuales, es muy probable que en poco tiempo la misma sea superada. El Ecuador es un país productor y exportador de materias primas, por lo tanto, está utilizando su Biocapacidad para abastecer de recursos a otros países con déficit ecológico. La Biocapacidad del Ecuador para el año 2009 fue de 2,35 hag per cápita, es decir, aproximadamente 33% mayor al promedio disponible mundialmente. Además, la misma se incrementó del 2008 al 2009, principalmente, por el aumento de tierras de cultivo, pastizales e infraestructura. Sin embargo, la superficie forestal se redujo durante este periodo.
¿dejamos una huella en el agua? ¿cuánta agua consumimos? ¿en ecuador se maneja un consumo de agua sostenible?
La huella hídrica de un producto (un producto, bien o servicio) es el volumen de agua dulce utilizado para producirlo, volumen medido en el lugar donde el producto es elaborado. a huella hídrica de un consumidor es generalmente bastante mayor al consumo directo. Tenemos básicamente dos opciones para reducir nuestra huella hídrica indirecta. La primera, sustituir un producto con gran consumo por uno diferente con menor huella hídrica. Por ejemplo podemos comer menos carne -inclusive hacernos vegetarianos-, beber té en vez de café o, aún mejor, beber agua del grifo.
La segunda opción es seguir con el mismo patrón de consumo pero seleccionar carne, verduras o café que tengan una huella hídrica relativamente baja o cuya huella se dé en una zona sin escasez de agua. No obstante, es muy difícil para nosotros diferenciar estos productos. Una solución: busque los agricultores orgánicos o vendedores que siguen prácticas sostenibles en su zona.
Webgrafía:
https://principia.io/2018/06/25/las-huellas-de-nuestra-existencia.Ijc3NCI/
http://huella-ecologica.ambiente.gob.ec/
https://elordenmundial.com/sociedad-de-consumo/
http://d2ouvy59p0dg6k.cloudfront.net/downloads/informe_planeta_vivo_2012_9.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pa%C3%ADses_seg%C3%BAn_su_huella_ecol%C3%B3gica
https://blogs.iadb.org/agua/es/cuanta-agua-consumes-realmente-por-dia/
Comentarios
Publicar un comentario